Poemas a Jesus del Milagro
 





Prosa a Jesús Nazareno del Milagro…

Hoy camine por tus calles Retorcidas de antaño
Acompañado de mi incensario
Llegue con mi fe y devoción hasta tu santuario
Para cumplir mi promesa de este año…
 
3 de la tarde y el anda levantan
Se escucha la marcha Jesús del Milagro
De Antonio Padilla
Y al llegar al atrio derrama su bendición
Y todo mundo se arrodilla…
 
Miles de alfombras
Custodian tu paso doloroso
Las volutas de incienso se elevan al cielo
Como oraciones al padre eterno…
 
Calles antigüeñas vestidas de Jacaranda
Morado lila de cucuruchos penitentes
Amor de madre dolorosa que sigue los pasos
De mi Jesús Nazareno que vive en mi mente…
 
La tarde palidece
La luz de la luna se aprecia en tu bello rostro
Las estrellas admiran tu grandeza 
Al ver que llevas sobre tu hombro
Ese pesado madero…
 
Todo esta en tinieblas
Y tu cortejo procesional apenas empieza
Miles de fieles se acercan
Para acompañarte hacia las calles empedradas
Y así estar junto contigo hasta la entrada…
 
Se iluminan tus andas
Y apenas a pasado la primera tanda
Por ahora mis pies ya no aguantan
Pero mi devoción por ti
Me dice que siga junto contigo
 
Muchas personas te esperan
En las obras sociales
Son coros angelicales
Que te reciben como todo un rey
Y arrodillándose ante ti
Logro escuchar de ellos
“Jesús Nazareno del Milagro… Acuérdate de mi…”
 
 
Calmadamente veo venir mi turno
Cardos y azucenas me acompañan
Muchos quieren llevarte sobre hombros
Más yo no quiero estar lejos de ti…
 
Aquí estoy mi Jesús, aquí me tienes
La antigua te recibe con honores
Magnifica coronación en el parque central
Y luego a caminar de nuevo hacia tu santuario
Porque la noche pasa y todo se ve consumado…
 
A donde vas mi Jesús Nazareno del Milagro?
Tu rostro luce cansado
Tus pies y mano los veo muy lastimados
Cuanto no quisiera ayudarte a cargar
La cruz pesada, pero tu amor por mí
Están grande que solo de ver tu profunda mirada
No permites que yo lo haga….
 
Pasos pausados…
Las marchas fúnebres se escuchan en cada cuadra
Mucha gente se empieza a ir
Pero miles más esperan en Jocotenango
Y sin duda esta el pueblo de san Felipe
Que empieza a hacerte encuentro…
 
Se percibe en el ambiente el aroma del pino
El corozo y sin duda el aserrín teñido
Miles de velas encendidas
Todas en una sola oración
Pidiendo piedad, señor, piedad
 
Las calles que conducen hacia san Felipe
Se empiezan a vestir nuevamente de alfombras
El atrio de santuario esta lleno de feligreses
Que esperan tu bendición…
 
Se escucha a lo lejos la última jornada
Pero, yo quiero ver me dices nuevamente que me amas,
La granadera he escuchado
Y el cortejo ya ha ingresado,
Muchos se van…
Pero solo te quiero decir que
Solo me queda esperar
Para volverte a cargar
Junto contigo una lagrima derramar…
Así como esta vez
Jesús Nazareno del Milagro…
Únicamente Consummatum Est…


De: Carlos Garrido






A Jesús Nazareno del Milagro de la aldea de San Felipe, Antigua Guatemala

No se si anoche llovió
O el cielo estaba llorando
Todavía en los vergeles,
Las flores y las hojas de los árboles
Retienen luminosos diamantes,
Que sueñan afanados
En capturar el sol.
 
Huele a tierra mojada,
Las campanitas azules
Y otras flores del campo,
Reúnen a las abejas
Para invitarlas a libar
El exquisito néctar
De sus rebosantes copas.
 
Voy pasando a la vera
De una finca legendaria,
Entre enramadas de variados verdes
Y florecidas añiles.
A mi izquierda y en plena vuelta
Deje varado sin querer
El pórtico cual inesperada
En el sereno mar de la clorofila
De la dormida finca Filadelfia
 
El cielo es una copa de Jacaranda florecida
Y el suelo, una alfombra que al caminarla
Despide la sin igual perfumería
De la primavera antigüeña
 
Llego a la puerta de una iglesia
Parecida al adorno de un pastel
De la primera comunión
Tiene una sola nave
Casi siempre ocupada
Rescatando, amorosa
Con su aroma de santidad
A los incontables
Náufragos de la fe.
 
En el crucero,
Poco antes del altar mayor
Esta Jesús Nazareno del Milagro:
Su frágil anatomía
En arco violín
La curva el peso de la cruz
El hombro hundido,
Huella imborrable del martirio
Al que fue sometido
Las manos magulladas
Y en los nudillos de los dedos
Retratado el dolor de azul morado
En sus codos heridos se ensaño el raspahielos
 
Tiene cabellera dispersa
Sobre nuca, los hombros y la espalda.
Su rostro es un sol huraño
Palidecido, por tanta sangre derramada.
Su frente serena
Ni siquiera contraído en el entrecejo
Sus ojos tiernos viendo hacia abajo
Para que la humildad no se atreva a revelar su majestad
Sus cejas inmovibles
La nariz bloqueada por corales de sangre coagulada
Lo obligan a tener la boca semiabierta
Para que el aire suavemente se deslice a sus pulmones.
El bigote y la barba nazarena enmarcan su rostro de pálido lirio
 
Sobre la cabeza acomodo su nido el áspid de las espinas
Que al morderla, hizo fluir ríos de sangre que improvisaron causes
En su divino rostro y lleva sobre su frente un resplandor
Para cegar los ojos de los que tienen y no ven
 
Jesús Nazareno del Milagro
Gorrioncillo de luz
Tierno borde de vid celestial
Cáliz de amor
Trigo divino,
Pedacito de paz
Ángel de sabiduría
Astro de bondad
Pan de cuaresma
Vino para saciar la sed
De los que atraviesan
Su propio desierto espiritual
Jesús, sementera del cristianismo
 
Jesús Divino,
Salvador del mundo
Yo pongo en tu, Señor,
Entera confianza,
Infinita mi fe,
Porque para vencer al mal
Y humanizar al mundo
Solo tu, Señor,
Eres nuestra esperanza.
 
 
Héctor Felipe Cruz Corzo
Año 2007
 

 








 
 
 
   
 

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